Tras echarnos las correspondientes fotos de grupo de partida comenzamos a caminar en dirección a las Casas Altas.Cuál fue nuestra sorpresa, cuando antes de subir la primera rampa del circuito del Wili venia ya de arriba el padre de un socio del club.Un mal entendido entre padre e hijo originó la confusión del punto de partida.Ahora sío; ya estamos todos.
Poco a poco va urgiendo la necesidad de ir encendiendo frontales y sin vacilar ni un momento el grupo avanza camino arriba.
Enseguida llegamos a las Casas Altas, un trago de agua y reanudamos la marcha.Al poco entramos en la rambla de Sangonera que ya coincide con el PR que nos llevará hasta el Cabezo del Alto.
En fila india y a buen ritmo avanzamos por dicha rambla al tiempo que se conversa y bromea con el tema de los jabalíes.Precisamente en un momento se escuchó a la izquierda de nuestro paso un ruido de entre los arbustos.Más adelante tambien escuchamos algo a la derecha del camino.
Aparece ante nosotros y desviandonos un poco a la derecha la rampa que nos sube por el empinado tramo de las cuerdas.Aquí ya dejan de escucharse los comentarios, ya que es turno ahora de los jadeos y fuertes respiraciones.
Al terminar dicha rampa nos volvimos a reunir todos ya que algunos subieron antes que otros.Otra foto de grupo, otro merecido trago de agua y al espring final.Tan sólo 400 metros nos separan ahora de la cima a la cuál llegamos en cinco minutos por la clara y ancha pista.
El regreso decidimos hacerlo deshaciendo el camino de vuelta, pero en lugar de entrar a la rambla por las cuerdas, lo hicimos un poco más abajo siguiendo la pista hasta el primer cruce donde nos desviamos a la derecha.
Después de casi cuatro horas de marcha estábamos de regreso en la Ermita habiendo pasado una bonita noche en la naturaleza.
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